Después de quince días
navegando con carga humana a bordo
a una milla divisan
la tan deseada costa italiana
paraíso para los africanos
tan deseosos de vida nueva.
Sin embargo, Salvini,
no les salva
y los mantiene, impertérrito,
en el barco
sin importarle, para nada,
estos míseros migrantes africanos.
Gentes con traje azul y corbata
no se compadecen, ni un poco,
de los míseros migrantes
e incluso algunos se atreven a decir
lo bien que comen
a costa de nosotros.
¡Pobres de corazón!,
¡ricos con las carteras llenas!
¡evasores de impuestos!,
¡amigos de armas y violencias!,
¿cómo osáis decir vosotros
tales lindezas?.
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