Ética y Escuela
Presenciamos en torno a nosotros un inmenso naufragio de la ética política. Si Hércules, para limpiar los establos del rey Augias – que acumularon durante años los excrementos de quinientos doce toros- tuvo que desviar el curso de varios ríos, nosotros, para arrastrar la suciedad sin fondo que hoy nos rodea, tendremos que cambiar nuestros modos de país de pícaros.