En el Centro de convenciones de Atlapa sesionaron la tercera parte de la XVI del Grupo de Trabajo Especial sobre los Futuros Compromisos de las Partes del Anexo I del Protocolo de Kyoto, y la tercera parte también de la XIV Reunión del Grupo de Trabajo Ad Hoc sobre la Cooperación a la Acción Cooperativa.
Los temas centrales han sido los pendientes de la Cumbre de Cancún relacionados con un fondo de 130 mil millones de dólares para mitigación de efectos negativos del cambio climático, su vinculacion con la Conferencia de las Parte, mecanismos de verificación, entre otros.
Pero uno de los más candentes es el del futuro mismo del Protocolo de Kyoto cuyo primer período de compromisos para la reducción de emisiones y aportes al fondo vence en 2012 y se discute si se aprueba un segundo con metas más profundas en la reducción de los elementos contaminantes.
La convención de Panamá no fue diseñada para tomar decisiones al respecto, pero sí para trazar la ruta hacia la proxima cumbre de Durban, Sudáfrica, donde los 194 países partes más la Unión Europea tendrán que buscar convergencias que impidan un desastre irreversible para el planeta.
Panamá, donde las partes han trabajado intensamente sobre una agenda muy ampulosa y compleja porque cada grupo está dividido en decenas y decenas de aspectos, ha estado cumpliendo ese papel de antesala de Durban.
Grupos diferenciados de países han expuesto sus posiciones:
- Los estados en desarrollo, que forman la mayoría, por lograr un segundo período y que se sostenga y fortalezca el Protocolo.
- Los industrializados en buscar un balance entre todos ellos en los compromisos, e incluso algunos por salirse de ellos o no entrar nunca, lo que pone en peligro la existencia misma del Protocolo y acrecienta los riesgos de calentamiento global pues se eliminan los patrones de control.
Esa es la encrucijada de Panamá y los grandes problemas que desde aquí se trasladarán a Durban.
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