No podemos ser tan necios de negar que, en una estructura de sociedad conservadora como creo que es la uruguaya, estas tres acciones han generado un avance en lo que respecta a los derechos humanos. Pero también lo veo como un gran salto de imagen “marketinera”, perdón por la expresión, pero creo que define bien lo que quiero decir.

Reitero que no dejo de lado el hecho que estos cambios en nuestra estructura legal son de gran alcance y manifiestan la voluntad de que la sociedad, de a poco, vaya aceptando situaciones que quizás moralmente afecten a algunos individuos, pero que no por ello disminuye los derechos y libertades que una sociedad debería contemplar.

Pero creo por otro lado que, para que todo esto se manifieste y crezca con conciencia, debemos tener un pueblo educado para ello. Que las bases culturales estén equilibradas. Que las necesidades básicas en cada familia estén contempladas. La salud, la alimentación, la educación académica, las estructuras logísticas, el engranaje económico que tiende a que una sociedad sea sana y competente, todo esto y tantas aristas más que logran que estos cambios de avanzadas sean llevados a cabo con conciencia, y que quizás si hubiese sido el caso de esa sociedad “ideal” no hubiese sido necesario darle tanta “vuelo” ya que hubiese sido un ajuste legal de unas leyes que aplicaron en otra época.

Y a mi entender todo esa idea de sociedad “ideal” está muy lejos por estos lares. Los números estadísticos dicen una cosa, muy auspiciosa por cierto, sobre la línea de pobreza, los servicios de salud, etc que se han logrado. Pero el hecho es que no adelantamos como sociedad, seguimos con graves problemas de convivencia, de educación, de moral, de ética.

Las familias cada vez más desunidas, mas desinterés al adulto mayor, más desigualdad basada en tus ingresos económicos, inseguridad, inestabilidad. Son varios los factores que atentan con que la sociedad quede estancada, y quizás retroceda en vez de avanzar.

A mi entender hay avances, pero siempre y cuando se alinean con la voluntad y la imagen política que se esté necesitando en ese momento, y no quizás con las necesidades reales que se requieran en ese momento.

La esperanza no se pierde, la confianza del cambio tampoco, pero el stress, la tensión diaria, las presiones que cada individuo carga en su mochila pesan tanto que desdibujan el colectivo y no le dejan visualizar las pérdidas morales y éticas. En ese afán de supervivencia, en esa corrida diaria, la vida se acelera y la vida también se desvaloriza. Lo más cotizado de este mundo, no cotiza en la bolsa. Y como no está ahí, ni se vende en internet, entonces parece que no tiene valor. Hay que generar una corriente de valores de calidad para esta sociedad y que ayuden a mejorarla.

Espero que se despierte y reaccione para lograrlo!