Señor Casado: usted intenta, por activa y por pasiva, que nada se arregle, que todo sea un caos para que los de siempre sigan  mangoneando. Su objetivo no es mejorar la sociedad, es crear tumulto, como el niño a quien le apetece un juguete. Su actitud es solo la de la pataleta. No hay nada revolucionario ni innovador en sus planteamientos, todo es retrógrado y falaz. Le voy a poner un par de ejemplos para ilustrarle, aunque me temo que no los entienda.

El desencuentro de Catalunya es un tema de convivencia y debe arreglarse, usted sabe que sus amenazas y sus insultos se estrellan en el espíritu de los catalanes como pompas de jabón. Nadie en su sano juicio imagina la unidad por cojones y por decreto. Nadie.

Tratar de resolver la cuestión con diálogo y entendimiento es absolutamente necesario. Cuando el actual presidente – elegido por el Parlamento, mal le pese – trata de buscar un mediador o un relator que ayude a encontrar o clarificar las posturas, usted responde con una serie de improperios solo dignos de algunos de los ancestros de sus partidarios que fueron traidores, desleales y golpistas con la República legalmente constituida.

En el tema de Venezuela toma una posición delirante y beligerante. No le ha valido el punto de vista de la UE y la del Gobierno español, les ha llamado incompetentes. ¿Qué hubiese hecho usted? No, no me conteste porque me da miedo. Fíjese a qué nivel llega su intolerancia y su intromisión que, cuando en Catalunya su Parlamento autoproclama una República, es inadmisible e inconstitucional. Sin embargo, cuando el opositor venezolano Juan Guaidó se autoproclama presidente, hay que correr a reconocerlo.

Ambos casos, señor Casado, solo se resuelven con diálogo. Podemos o no estar de acuerdo con el régimen de Maduro o con la deriva de la Generalitat de Catalunya, pero la comprensión, la empatía, el interés por ayudar, deben ser el emblema de cualquier mandatario u opositor que se precie. Si es que tiene usted categoría suficiente para estar a la altura, y no es una descalificación, es una descripción.

Usted grita a los vientos para que le escuchen bien los resentidos y anuncia una manifestación divisionaria y facciosa – de facción, no me malinterprete – para el domingo, mientras acusa a la Generalitat de enfrentar catalanes con catalanes. Por favor sea coherente, no predique con la mano izquierda – perdón por el silogismo – para luego atizar con la derechona de toda la vida. No es la suya una oposición seria ni bienintencionada y eso le conducirá al fracaso. Detrás esperan Ciudadanos y Vox para hacerse con sus escaños. Pero no se preocupe, también tendré epístolas para ellos.

Atentamente: Jordi Siracusa.