El 27 de diciembre de 2011 se desató una tragedia. 17 mil hectáreas de bosque nativo en el Parque Nacional de Torres del Paine fueron arrasadas por un incendio.

¿La causa? Un turista israelí quemó papel higiénico y no apagó bien el fuego. Rotem Singer sindicado como el autor material del siniestro evitó una condena y llegó a acuerdo con la Fiscalía de Magallanes. Debió pagar 4.850.000 de pesos a Conaf y transformarse en voluntario en una ONG especialista en reforestación

Considerando que el Parque Nacional Torres del Paine en 1978 fue declarado Reserva de la Biósfera por la Unesco y contabilizando más de 3 millones de hectáreas dañadas en los últimos 100 años, nació la urgente necesidad de restablecer la rica biodiversidad de la zona, caracterizada por los árboles nativos conocidos como Lenga, Coigüe y Ñirre.

Por ello surgió una iniciativa ambiciosa “Reforestemos la Patagonia”, alianza público-privada, sin fines de lucro, que busca convertirse en la campaña de reforestación nativa más grande en la historia de Chile que, en una primera etapa, pretendía cumplir con la meta de plantar 1 millón de árboles en el Parque Nacional Torres del Paine, Parque Nacional Laguna San Rafael, Reserva Nacional Lago Cerro Castillo y Reserva Nacional Lago Carlota durante el año 2012.

Según Denise Peró, directora y Coordinadora General de esta campaña, este año sigue en la misma línea de invitar a la gente a plantar su o sus árboles en la Patagonia. La tragedia de la deforestación en la Patagonia lleva años y hoy en día más de 3 millones de hectáreas han sido arrasadas en Aysén y Magallanes.

“Éste es un problema mayor y queremos ser un agente de cambio en este sentido. Hemos renovado el compromiso de nuestros más de 70 embajadores con la causa, seguiremos invitando a las empresas a hacerse parte de esta cruzada ecológica y además queremos llegar más allá, a los corazones de todos quienes alguna vez han visitado Chile o la Patagonia chilena”, señala Peró.

“A todos los que les importa y conmueven los maravillosos paisajes del sur del país, a los chilenos en el extranjero y poder unir fuerzas y voluntades para darle una mano a nuestras reservas y parques nacionales. El llamado es súper sencillo y muy fácil: $2.000 = 1 árbol nativo”, manifestó.

Peró agrega que “por otra parte, queremos promover este cambio cultural sobre todo en las nuevas generaciones por lo que estamos articulando el trabajo con voluntarios y estudiantes, en colegios y universidades para mostrarles que son los ciudadanos los agentes de cambio y los responsables del cuidado y protección de nuestro medioambiente.

Este año también estamos desarrollando una estrategia para difundir la campaña internacionalmente y recibir el aporte desde todas partes del mundo ya que la Patagonia es una reserva mundial, no sólo de los chilenos, es patrimonio de todo el mundo, finalizó.

 

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