Así comienza el capítulo dedicado a la movilidad que se incluye en la última guía del Observatorio de Salud y Medio Ambiente puesto en marcha por DKV Seguros y la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), y que en esta edición ha contado con la participación de Panasonic.

“Se ha demostrado que la reducción de la contaminación del aire se asocia directamente con un aumento de la esperanza de vida y una reducción de las enfermedades provocadas por ella, que van más allá de las enfermedades respiratorias”, explica el director del estudio, Jesús de la Osa.

El informe se detiene también en la sinestralidad en suelo urbano. A pesar de la espectacular reducción de los últimos años, los más de 83.000 accidentes de tráfico con víctimas ocurridos en España en 2011 supusieron 2.060 fallecidos y más de 100.000 heridos entre graves y leves. De ellos, 457 fallecidos lo hicieron en vías urbanas, perdiendo la vida por atropello 367 peatones, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT).

“El mal uso del coche tiene numerosos impactos sobre la salud de las personas, la calidad de vida en las ciudades y el medio ambiente en general”, insiste De la Osa. En la guía publicada esta semana, nos detallan algunas de las consecuencias:

Los malos humos nos matan… : El tráfico motorizado es la principal causa de contaminación atmosférica en nuestras ciudades. Según la OMS, produce 300.000 muertes prematuras al año en Europa. En España, se estima que son 16.000 los fallecimientos anuales prematuros como consecuencia de mala calidad del aire. Un estudio de la OCU analizó en 2011 la contaminación atmosférica en las puertas de los colegios y las conclusiones evidenciaron el elevado nivel de exposición de los niños derivado del tráfico motorizado.

…y nos enferman: Los contaminantes producidos por el tráfico son los responsables de producir o agravar enfermedades respiratorias y cardiocirculatorias. Los últimos estudios apuntan incluso que son causa de diabetes, alteraciones cognitivas y bajo peso al nacer. La OMS estableció en 2012 que los humos de los motores diésel eran cancerígenos del tipo 1, los más importantes, provocando cáncer de pulmón y, posiblemente, de vejiga.

Derroche de energía. El transporte por carretera fue el responsable del 24% de las emisiones de C02 en España en 2011, así como del 40,2% del consumo de energía final en un país donde la dependencia energética exterior es del 76,1%.

Mucho ruido y poca salud: El 80% del ruido urbano es generado por el tráfico y el transporte. El ruido es un contaminante invisible que tiene numerosos efectos negativos sobre la salud, más allá de los auditivos.

Ladrón de espacio urbano: Los vehículos ocupan una gran parte del espacio de nuestras ciudades. En algunos barrios el 50% del espacio llega a estar ocupado por el transporte motorizado individual.

El coche pierde en las distancias cortas. El 50% de los viajes en coche son inferiores a 3 kilómetros. Y el 10%, menores de 500 metros. Y el índice de ocupación medio es de 1,2 personas. ¿Dónde hemos dejado el sentido común?

Soluciones

Las solución a este problema, que se fue trazando lentamente durante el siglo XX, a medida que el esplendor del automóvil se agigantaba hasta dejar atrás su naturaleza funcional y convertirse en un símbolo directamente relacionado con el estatus social, pasan por una profunda transformación cultural. Desde el Observatorio de Salud y Medio Ambiente te ofrecen algunas claves para que te sitúes a la cabeza de este cambio:

  • Incrementa los trayectos a pie
  • Incremeta los trayectos en bicicleta
  • Potencia modos de transporte colectivo eficientes, de calidad y menos contaminantes
  • Reduce el uso del vehículo a motor privado en las ciudades
  • Promueve vehículos menos contaminantes: bajas emisiones, híbridos, eléctricos…

Estas recetas dirigidas al ciudadano de a pie tienen efectos positivos encadenados:

  • Al  aumentar la actividad física se previenen el sobrepeso, la diabetes y la tensión arterial
  • Al disminuir la contaminación atmosférica y mejorar la calidad de vida se alarga la esperanza de vida y se previenen enfermedades cardiovasculares y respiratorias
  • Al reducir lo niveles de ruido se reduce el estrés y las enfermedades asociadas al ruido
  • Al reducir las emisiones de CO2 se mitiga el cambio climático
  • Al liberar espacio para los peatones se mejora la calidad de vida en las ciudades

Íñigo Keller | Pablo Blázquez

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