La crisis, lejos de ofrecer una excusa para el egoísmo, ha impulsado a algunas empresas a profundizar en sus compromisos y responsabilidades sociales.
La lucha contra el cambio climático y la promoción de energías alternativas constituyen dos de los pilares la estrategia del grupo sueco.
“Nosotros queremos promover la eficiencia en el uso de las telecomunicaciones como parte de la solución a problemas como la pobreza y el cambio climático” -explica Elaine Weidman, vicepresidenta de Sostenibilidad y Responsabilidad Corporativa (RSC) de Ericsson-.
“Nuestra ayuda puede resultar útil, ya que siempre se necesita tecnología para encontrar nuevas soluciones y conseguir la transformación del cambio”, explica.
Ericsson España se comprometió el pasado año a reducir en un 40% sus emisiones de dióxido de carbono antes de 2013 y contribuir con su tecnología a recortar el 98% de las emisiones de los sectores ajenos a las telecomunicaciones. Unas propuestas que, teme Weidman, puedan caer en saco roto en las grandes citas contra el cambio climático, como el pasado encuentro de Copenhague.
“Cuando hay cumbres como la de Dinamarca, los países se encuentran centrados en diversos sectores. De hecho, pueden haberlas olvidado, porque se trata, relativamente, de un sector económico no comparable al de los combustibles o el transporte”, apunta.
Sin embargo, la responsable de RSC de Ericsson insiste en que los teléfonos móviles tienen mucho que decir en la lucha contra el calentamiento global. El despliegue de la banda ancha serviría para vertebrar servicios necesarios, como un transporte eficiente y una red de comunicación más tupida.
“La extensión de la banda ancha es una oportunidad única para articular un futuro con menos dióxido de carbono que no está lo suficientemente explotados. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que se necesita una reducción del 80% de este tipo de emisiones para el 2050 si queremos mantener nuestro estilo de vida; si no, necesitaríamos siete planetas”.
Contra la pobreza ¿Crisis u oportunidad?
Las telecomunicaciones se aferran a la segunda opción y explora su gran baza: la banca móvil (m-Banking), uno de los mayores estímulos de desarrollo en los países del tercer mundo. Gracias a ella, se pueden efectuar operaciones bancarias en un terminal de telefonía móvil.
“La telefonía móvil ofrece numerosas herramientas para mejorar las condiciones de vida en los países pobres. En muchos países africanos el teléfono móvil no es un artículo de lujo, sino de subsistencia, una infraestructura esencial para el desarrollo de la economía”, señala Weidman.
En los países pobres, donde los servicios de abastecimiento y sanidad se concentran en las grandes ciudades, la telefonía móvil contribuye a reducir la amenaza de la distancia y mejorar la fluidez del comercio.
Según el Banco Mundial, la suma de diez de estos aparatos por cada 100 habitantes impulsa al alza el PIB en un 0,8% en los países emergentes.
“Al usar el teléfono como herramienta hemos salvado miles de vidas. Nosotros no hablamos de extender la banda ancha de internet en el teléfono móvil en estos países, sino de enviar mensajes de texto y voz. Ser capaces de llamar”.
Para ello, ha puesto en marcha varios programas de desarrollo de infraestructuras, junto al operador africano Zain y otros colaboradores, con el fin de ampliar la red y dotar de cobertura a nuevas zonas del continente.
Uno de sus proyectos más ambiciosos ha consistido en habilitar el uso de la telefonía móvil en el Lago Victoria para facilitar el trabajo de 200.000 pescadores. El fin del despliegue es atajar la sangría que todos los años acecha a aquellos que faenan en sus aguas. Más de 5.000 personas mueren cada año por accidentes o actos de piratería.
Weidman concluye: la RSC no es un acto exclusivo de benificencia.
“No se trata de caridad, no damos dinero, no estamos financiando ningún proyecto. Nuestra estrategia es averiguar cómo utilizar la tecnología de la que disponemos para mejorar la situación de la gente, porque Creemos que tenemos una tecnología extremadamente poderosa que puede contribuir a la lucha contra la pobreza”.
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