Nora Elfen Lasri recibiendo el premio de Dña. Ángelines Fuentes, Presidenta de la Asociación Vecinal de Villarosa.

 

Erase una vez, un señor llamado Ángel que no cuidaba el planeta. No reciclaba ni ayudaba a las personas mayores y robaba en casas.

Todo el mundo y los niños le llamaban gruñón y le odiaban.

Un día por la noche no pudo dormir porque oía a un niño llorar; él intentó ignorar esas voces pero no pudo porque le dolía la cabeza.

Así que se levanto y salió a la calle en busca de ese niño, anduvo calles y calles y seguía escuchando voces y lloros.

Ángel pensó que se estaba volviendo loco.

Hasta que encontró a un niño pequeño con ropa sucia tumbado en el suelo llorando. Intentó calmarle y el niño le dijo que tenía hambre y que había perdido a su madre.

Ángel intentó no hacerle caso pero no pudo. Al final le ayudó y la encontró.

Cuando por fin estaba dispuesto a irse a la cama y dormir, oyó otra vez lloros y gritos. Él, ya cansado, decidió intentar salir otra vez a la calle en busca de esas voces y vio a un perro con la pata mal en el suelo llorando, y se dio cuenta de que tenía la pata mal por haberse clavado una botella rota; esa botella fue la misma que Ángel tiró al suelo la mañana pasada.

Sintió lástima por primera vez, y se gastó todo el dinero para pagarle el veterinario de 24 horas. De camino a casa se dio cuenta de que muchas personas sufrían por su culpa y decidió limpiar todo el pueblo antes del amanecer.

Se pasó toda la noche ayudando a personas, y limpiando las calles. Al amanecer todo el pueblo se sorprendió al ver todo limpio, desde ese día Ángel cambió y todo el pueblo fue su amigo.

En un mundo limpio y con buenas personas, todos somos felices.

 

Nora Elfen Lasri  4º Primaria.Colegio Luis Cernuda (Madrid) España