Erase una vez…
En el comienzo de la vida, que sólo había espacio, nada orgánico, nada palpable, nada en lo que se pudiera pensar ni imaginar. Luego, después de ese vacío, se dibujo la primera de las realidades, aquello en lo que creíamos porque lo palpábamos, vivíamos, veíamos y sentíamos: La Tierra.