Se aparecen como modos casi absolutamente negativos de los éxtasis (que, al final, o sea, desde el principio, se trata de éxtasis de sol). La pulsión del éxtasis y la respuesta màs frecuente del placer (frustrado) en la destrucción (que siempre empieza por uno mismo).

Acà, en mitad del desierto de Atacama, en un refugio del mediodía de sol, todo es silencio, calor, y una ventisca de polvos que no dejan casi respirar. Haciendo, sin duda, una experiencia personal de otro éxtasis bueno, he aquí un punteo de elementos. Es decir, de cierta disciplina del placer del desierto màs seco del mundo (dicen…).

1 El fenómeno, la experiencia. Lo fenomenológico, la percepción, el continuo de la percepción. El afuera-dentro

Lo innegable- inevitable, lo evidente. Lo intuitivo

Lo excesivo, lo que quema, ciega, ensordece,

El exceso necesario y siempre

2 El lugar preciso = Baquedano; poblado a 50 km al interior del desierto de Atacama, al norte de Antofagasta. A otros 50 kilòmetros de las altas cumbres de Los Andes al este

El “estar-aquì”, este “ser-en-el-munido” (Heidegger) = “ser” (o sea, alguien como FVC), y “mundo” (la imaginación repleta que me acompaña donde vaya)…

Traspiraciòn, dolor de cabeza, no puedo abrir mucho los ojos

3 Los “datos” = lo sensible hecho obra. Las fotografías

En el “lugar inhóspito” (Derrida), hacer la propia vida

Cientos de rieles ardientes. Miles de camiones de motores que rugen

Decisiòn y/o fatalismo

4 Dinero, riquezas. El “sacrificio”. Morirse cada dìa para después poder vivir bien

¿Por què no quedarse a la orilla del mar, con temperaturas suaves, con aires húmedos, con atardeceres siempre bellos?

¿Me quedarìa a hacer mi propia vida en Baquedano? Nunca…

5 Quiero los éxtasis ahora y ahora siempre. Ellos quieren los éxtasis después, después de…

Pues, si no puedo bailar hasta ya no cansarme, pues…, yo bailo sin cansarme (bailes religiosos de La Tirana, la Ñusta del Tamarugal)

En cambio, ellos vociferan = si no podemos tener sexo con una mujer modelo (Vogue, Cosmopolitan), entonces me sacrifico = me voy a Baquedano, y vuelvo con dinero para tenerlas a todas (y todas las veces que quiera; o sea, “hasta morir” = pq ellos quieren, al fin de cuentas, cansarse, hastiarse, morir ya!)

6 Yo camino el mediodía del desierto. 30 kilòmetros solo con una botella de agua. Y apenas me canso

Ellos manejan 100 kilòmetros de camión, con coca, con “éxtasis”, y llegan a tumbarse.., y a pedir la paga al despertar

7 Allà veo la torre de la planta con ese nombre: “Cerro Dominador”. He caminado 40 kilòmetros ya y me faltan 10 para hacer el cruce completo, de Marìa Elena a Cerro, sin caminos, en la línea recta que resulta el camino màs corto (y el recomendado) en la pampa sin lìmites de rutas, sin rutas marcadas, sin huellas de cosas anteriores…

Encima el mediodía del desierto de Atacama (en esta fosa al oeste de la cordillera de Domeyko). Siento y calculo por la piel el tonelaje de calor que llega “de arriba” sobre el campo de espejos

Radiación para hacer miel sin dulzores (apenas un instante antes del polvo), un medio segundo de mi piel extàtica, la sensible ella

¿Cuánta radiación entonces concentra la planta de Cerro Dominador para producir la electricidad que satisface los placeres de una ciudad chilena de 150.000 habitantes?

8 Esta planta, esta obra de arte, este objeto de meditación. Ella, operando su éxtasis de sol. Excesos y medidas (y las posibilidades de “desorden y descontrol” de procesos / como si “orden” fuera palabra que guarda otra manera del éxtasis)…