Al inicio de la segunda semana de negociación climática en Durban (Sudáfrica), activistas de Greenpeace y de otras organizaciones han ocupado el hotel Protea Edward en el que el World Business Council for Sustainable Developement celebra hoy el ‘World Business Day’, en el que se dan cita los directivos de las industrias más contaminantes que están impidiendo cualquier avance en la negociación climática. La acción, que ha contado con el despliegue de varias pancartas con los lemas “Who is holding us back” (¿Quién nos impide avanzar?) y “Listen to the people, not the polluters” (Escuchad a la gente, no a la industria contaminante), se ha acompañado de un teatro callejero en el que cabezudos emulando a los principales líderes políticos se muestran como meras marionetas del lobby más sucio protagonizado por empresas como Shell, Koch Industries o Eskom.
Greenpeace denuncia que estas compañías están manteniendo un proceso paralelo al de la negociación climática de Naciones Unidas, rebajando la ambición de diferentes delegaciones, minando los esfuerzos de otras y poniendo el clima y la economía mundiales al servicio de sus intereses. “Estas compañías negocian con el clima y la economía de todos y consiguen que determinados gobiernos pongan su política climática la servicio de sus intereses, algo que les convierte a todos ellos en corresponsales de los impactos que el cambio climático está causando en todo el mundo” ha declarado Kumi Naidoo, director Ejecutivo de Greenpeace Internacional. “Es momento de que los gobiernos que estén dispuestos a salvar el clima se distancien de estos otros gobiernos y empresas si no quieren llevar a sus espaldas los millones de muertes que puede causar el cambio climático si no lo detenemos a tiempo”.
La organización ecologista presentó ayer en Durban el documento Vendiendo el clima. Doce contra uno (The Dirty Dozen) en el que se pone nombre y apellidos a los doce directivos más influyentes y se expone la relación de cada uno de ellos con el proceso de negociación climática de Naciones Unidas, así como los vínculos que mantienen con las delegaciones de diferentes países. La necesidad de luchar contra el cambio climático ha sido recientemente reafirmada por los científicos de Naciones Unidas y no existen barreras técnicas ni económicas para hacerlo. Según Greenpeace, el único obstáculo que hay que superar es el lobby de este pequeño (pero enormemente influyente) grupo de empresas.
Se derrite el Santiago Bernabéu
En esta misma línea, Greenpeace España saca a la calle la sensibilización hacia la lucha frente al cambio climático. Durante dos semanas, en diferentes ciudades españolas estará presente la creatividad que dice: “Cada tres minutos se derrite en el Polo Norte una superficie de hielo como la del Santiago Berabéu. Luchemos contra el cambio climático. Ganamos todos”. Tanto en Metro de Madrid como en algunos centros comerciales, Greenpeace quiere hacer llegar al mayor número de personas posible la urgencia de actuar y las posibilidades que la lucha contra el cambio climático ofrece a nivel de ahorro y empleo.
A pesar de la urgencia con la que los científicos recomiendan atajar la crisis climática y de la presión de la sociedad civil y de un gran número de empresas que piden mayor acción para salvar el clima, las expectativas de éxito de la cumbre de Durban siguen siendo muy reducidas. “Greenpeace hace hoy un llamamiento a los gobiernos que tienen intención de negociar de forma constructiva para alcanzar un acuerdo significativo en Durban, que se deje atrás a Estados Unidos, uno de los ejemplos más claros de la influencia de estos lobbies sucios en el proceso climático internacional”, ha declarado Aida Vila, responsable de la campaña de Cambio climático de Greenpeace España. “Llegados a este punto solo hay una forma de avanzar y es soltando lastre”, ha concluido Vila.
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