La protección social es una herramienta política fundamental para reducir la pobreza y las desigualdades al mismo tiempo que para estimular el crecimiento inclusivo, y “es aún más apremiante en estos tiempos de incertidumbre económica, bajo crecimiento y crecientes desigualdades”, señala Sandra Polaski, Directora General Adjunta de Políticas de la OIT.
El informe señala que, si bien ha habido una tendencia global hacia la extensión de la protección social, sólo el 27% de la población mundial se beneficia del acceso a una seguridad social integral. Constata, además, que las políticas de consolidación fiscal y las medidas de ajuste en las economías de ingresos más elevados amenazan el progreso realizado y ponen en riesgo la seguridad del ingreso para los niños y sus familias. Entre 2007 y 2012, la pobreza infantil ha aumentado en 19 de los 28 países de la Unión Europea.
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