Se han escrito muchas columnas y se han difundido miles de imágenes y vídeos sobre el Mayo español, con argumentaciones de todo tipo y desde todas las perspectivas, sociológicas, económicas, culturales, políticas…pero seguramente la que más carga de profundidad lleva contra este movimiento es la lectura política.

Se afirma que la concurrencia de esta manifestación espontánea no era tan espontánea como se quería hacer ver, y por el contrario, en un juego de trapecistas, se ha tratado de una maniobra de último recurso para solicitar el no voto a las dos fuerzas mayoritarias (PSOE  y PP) con el objetivo de suavizar la desventaja socialista que se preveía y por consiguiente el tremendo batacazo electoral que definitivamente ha resultado ser.

Si ello fuera así, si las miles de personas que han acudido a las diversas manifestaciones que, aun a día de hoy, continúan por muchas ciudades españolas (y las que lo han hecho en otros países) hubieran sido objeto de una elaborada estratagema política, resulta que habrían sido manipuladas tendenciosamente para el fin contrario al que legítimamente se estaban manifestando.

El resultado electoral con un cambio tan drástico, ciertamente transmite la impresión que algo puede cambiar, que algo se va a mover. Puede que ello represente un punto de inflexión para el Mayo español, porque en el fondo es lo que de alguna manera ansiaban las personas que acudían a “sol”, que algo cambie y mejore el rumbo.

Sin embargo no era ese el cambio que se respiraba en sol, el cambio que se respiraba en sol era más amplio, aunque también más difuso. De hecho su lema era mucho más global que un mero cambio de partido en los ayuntamientos o comunidades: NO QUEREMOS SER MERCANCÍA EN MANOS DE BANQUEROS Y POLÍTICOS. Toda una declaración de principios que encaja más en una aspiración de cambio de modelo social, que en la simple sustitución de regente político a nivel local.

Entonces, si realmente hace escasas horas se respiraba una sensación de desconcierto sobre como devendría el futuro de las manifestaciones y hasta donde llegarían en sus aspiraciones, ¿se acabarán con el recuento de los votos del 22M o seguirá más allá?.

Puede que la simple percepción comentada de que va a haber ciertos cambios, hagan desistir a los ciudadanos de seguir manifestando su “indignación” en las diversas “puertas del sol” de toda España, y con ello se de por zanjado el asunto. Quedará en el aire la sospecha de si realmente se trató de una maniobra política o de un movimiento ciudadano espontáneo, pero en cualquier caso habrá llegado a su punto y final.

Es cierto que en España existe una situación muy compleja a nivel económico y que, como advertía el FMI, acabe perdiendo toda una generación de jóvenes preparados, es decir, un verdadero drama para el país, pero parece que todavía no se ha llegado a esa situación extrema que preludia las grandes movilizaciones sociales exigiendo ante todo una mejora de las condiciones de vida.

Es difícil salir a la calle y más para solicitar cambios de modelo social. Realmente, con la globalización hemos conseguido que el único sistema social que  de verdad se ha convertido en global y está exprimiendo todos los resquicios que ello le permite, es el sistema económico capitalista o de libre mercado, y no tiene contrapeso alguno a su envergadura. Resulta que el sistema de controlar la gobernanza de la sociedad, el sitema político, tiene escasamente un ámbito nacional y de corte poco adaptable a los hechos globales, por lo que el libre mercado y sus gigantescos flujos de capitales, campan por sus respetos de lado a lado del planeta y sin opción a control porque nada existe que le haga de contrapeso, abanderando además su premisa fundamental de que la injerencia en sus asuntos deviene en pobreza para quien lo hace.

Así las cosas, es un hecho que por sentido común y por la cuenta que nos tiene, deberemos cambiar el sistema económico actual y dotarle de un marco global en el que desenvolverse  de forma mas equitativa y con las mismas reglas de juego en todos los países, y por supuesto con un sistema de gobernanza que pueda tratarlo de tu a tu en idénticas condiciones de globalidad.

Quizás eso quería decir el eslogan de la puerta del Sol.

Veremos al 15M  hasta el 31M?.