Según la empresa, una de las prendas fue fabricada en Rumanía y la otra en India. Sin embargo, las dos prendas con las etiquetas falsas fueron compradas en la tienda de Swansea en 2013. De momento, Primark continúa investigando estos casos, así como la aparición de una nota en un par de pantalones pesqueros en Irlanda del Norte, con dos procesos en curso en China y Reino Unido. “Estamos también indagando si existe algún tipo de conexión con las etiquetas falsas de Swansea”, añaden en un comunicado.
En un comunicado, Primark ha asegurado que “no vendería ningún artículo sin la certeza de que éstos se fabrican de acuerdo con nuestro Código de Conducta” y “toma muy en seria consideración todas las alegaciones respecto a cualquier violación de su Código de Conducta, independientemente del origen de donde provengan”. De hecho, explican que la compañía ofrece a los trabajadores de la cadena de abastecimiento la posibilidad de contactar confidencialmente con la compañía, de forma fácil y accesible.
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