La solución está también al otro lado del Mediterráneo
La ausencia de una respuesta europea a la situación de los migrantes y refugiados cruzando el Mediterráneo está causando caos, confusión y sufrimiento innecesario.
La ausencia de una respuesta europea a la situación de los migrantes y refugiados cruzando el Mediterráneo está causando caos, confusión y sufrimiento innecesario.
A las puertas del invierno, un informe de once ONG alerta de la situación y ofrece una serie de recomendaciones.
Los gobiernos de Centroamérica alimentan una crisis de refugiados cada vez más intensa al no abordar la violencia desenfrenada y los altísimos índices de homicidio de El Salvador, Guatemala y Honduras, que obligan a cientos de miles de personas a huir.
El ser humano es la máquina más perfecta y, paradójicamente, una de las más delicadas por su fragilidad.
Con cientos de miles de personas viviendo en ellos, los campos de refugiados son hoy en día uno de los temas más delicados de resolver en lo que a crisis humanitarias se refiere. Más allá del drama que empuja a tantas familias a dejarlo absolutamente todo y huir para conservar la vida, los campos suponen un complejo sistema de funcionamiento que implica a instituciones internacionales y el trabajo de muchas personas.
Los responsables de ACNUR y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han advertido de que la falta de fondos, junto con los problemas logísticos y de seguridad en algunos países, han obligado a recortar las raciones de comida para casi 800.000 refugiados en África, lo que supone una amenaza para los ya de por sí inaceptables niveles de malnutrición aguda, de retraso en el crecimiento y anemia, sobre todo entre los niños.
“Huyen por necesidad. Escapan de conflictos armados o de otras situaciones de vulnerabilidad como la persecución por motivos de género, orientación sexual, ideología, raza o religión que incluso llegan a poner en peligro sus vidas y las de sus familias. Y al llegar al país de destino se encuentran con graves problemas, fundamentalmente, por haber perdido sus redes de apoyo, pero también por desconocimiento del idioma y de las normas y pautas de funcionamiento de la sociedad de acogida”. El retrato de quienes conforman el colectivo de refugiados habla por sí solo y así descrito por Cruz Roja. La crisis económica en España y la imposibilidad de acceder al mercado laboral dificulta especialmente el proceso de integración de las personas recién venidas, abocadas a una nueva situación de extrema vulnerabilidad y riesgo de exclusión social.