Las principales organizaciones trabajando sobre el terreno son la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR por sus siglas en inglés), multitud de ONG’s y UNICEF. Huelga decir que no dan abasto. Y el principal escollo al que deben hacer frente es la falta de recursos. Escasez de comida, saneamiento o agua potable dificultan mucho el trabajo que llevan a cabo.  

Países que acogen, pero bajo sus reglas 

El de Al Zaatari es uno de los cinco campos de refugiados más grandes que existen. Está ubicado en Jordania y se creó en 2012 con la idea de asentar temporalmente a quienehuyen de la guerra de Siria. Hoy viven allí 83.000 personas y tiene todo el aspecto de convertirse en un asentamiento permanente. Otro más. 

La Convención de Refugiados se adoptó en Suiza en 1951 para, entre otras cosas, promover la protección de aquellas personas consideradas «refugiados», reconociendo que «no puede lograrse sin solidaridad internacional».  Muchos son los países que se han adherido a este acuerdo, pero otros tantos, como es el caso de Jordania, no. Esto significa que sobre terreno jordano hay asentamientos, pero que en ningún momento este Estado se ha comprometido a colaborar con ellos.  

Solo el Memoramdum of Understanding (MoU) entre Jordania y ACNUR constituye la base para las actividades de éste organismo. Aunque los intereses socioeconómicos priman sobre cualquier acuerdo de colaboración.  

Y como el de Zaatari, otros campos salen adelante contra las mismas dificultades. Como el caso de Dadaab, creado en Kenia en 1991 y donde conviven 400 mil almas. Su punto de partida fue la guerra civil en Somalia. O el de Dollo Ado, en Etiopía, que nació en 2011 también con motivo de la guerra civil que asoló el país durante 22 largos años. 

Reubicar a la gente y devolverles su vida 

Pese a que la mayoría de estos campamentos se crearon con la idea de servir de refugio temporal, lo cierto es que el paso del tiempo no hace sino aumentar su población y convertirlos en lugares cada vez más dependientes de la ayuda internacional.  

Lo que genera una situación de hacinamiento y desesperanza para las personas que viven en ellos, pues la fecha tope para salir de allí es cada vez más imprecisa. Esto es un caldo de cultivo ideal para que los enfrentamiento entre los propios refugiados se den con mayor facilidad, además de suponer una cantera de posibles soldados que engrosen las filas de grupos terroristas. 

Los Estados, los organismos internacionales y las entidades competentes para ello, tienen la obligación moral, social y económica de buscar una vía de salida a los campos de refugiados. Si no, lejos de convertirse en la solución al problema, se harán la raíz de muchos nuevos 

No debe olvidarse que nacer y crecer en un campo de refugiados, es otro modo de robarle el futuro a varias generaciones, que es exactamente lo mismo que hacen las guerras de las que huyen. 

El reto es muy grande, pero el poder de los Estados para cambiar esta realidad, también lo es. 

 

FUENTES: 

http://www.esglobal.org/los-campos-de-refugiados-mas-grandes-del-mundo/ 

http://europa.eu/rapid/press-release_IP-15-5700_es.htm