Un estudio publicado en la revista especializada Environmental Science and Technology lleva a cabo por primera vez una evaluación exhaustiva de los datos globales sobre la quema de basura y la emisión de dióxido y monóxido de carbono, mercurio y pequeñas partículas capaces de oscurecer los rayos del sol y además saturar nuestros pulmones.

También demostró que tenemos muy poca información sobre la quema de basura y el manejo de los desechos y residuos.

Los investigadores reunieron los datos disponibles de población, producción de desperdicios per cápita e informes oficiales sobre manejo de desechos para calcular cuánta basura se quema anualmente en el mundo. La respuesta: se quema el 41% de los 2 mil millones de toneladas de desperdicios producidos anualmente en el mundo.

La quema de basura emana los cuatro principales gases de efecto invernadero: Dióxido de Carbono (CO2), Metano (CH, el Óxido Nitroso (N2O) y los Halocarbonos o CFC (gases que contienen flúor, cloro y bromo). Estos gases permanecen en la atmósfera un periodo de tiempo determinado que puede ir desde algunos meses hasta miles de años. Pero hay que señalar que, mientras permanezcan en la atmósfera, estarán afectando al clima.

Otros estudios han demostrado que el tiempo de ascensión de estos y otros gases a la atmósfera es de unas seis horas, entonces es en la tropósfera (allí se generan las condiciones climáticas) donde quedan atrapados por la presión de la gravedad y pueden permanecer más de diez años, generando según la cantidad de quemas, microclimas medioambientales.

La generación de basura es una consecuencia inevitable de las actividades humanas, pero desafortunadamente todos los desperdicios provocan impactos negativos medioambientales, y en general, puede contaminar cualquier entorno de cualquier ámbito: hogares, oficinas, fábricas y cualquier espacio e infraestructura.

La cantidad y el tipo de basura depende de cada región o país, pero el consumismo y el número de habitantes están relacionados con la cantidad de basura que se genera, por lo que la contaminación se convierte en un problema mayor, ya que hoy en día se ha desbordado en muchas ciudades, sin que los gobiernos locales asuman su responsabilidad.

La contaminación por basura implica daños al suelo, aire y agua, pero además puede contaminar cualquier entorno de cualquier ámbito: hogares, oficinas, fábricas entre muchos otros espacios. En la actualidad estamos expuestos a desechos y residuos peligrosos.

Un aspecto importante que agrava este problema, es la quema de la basura que genera un humo (carbono) con gran cantidad de sustancias químicas dañinas para el hombre y contaminantes para el ambiente: monóxido de carbono, dióxido de azufre, material particulado, metales pesados, dioxinas, furanos y CO2 (Dióxido de Carbono), gas de efecto invernadero que causa el cambio climático.

Los efectos inmediatos a la salud producidos por estos contaminantes ya son evidentes en nuestra población. Ardor en los ojos, irritación de las vías respiratorias y exacerbación del asma, entre otros. Pero también padeceremos los efectos causados en el mediano y el largo plazo, como el enfisema pulmonar, el cáncer, la disrupción endocrina, espina bífida, malformaciones y alteraciones neuroconductuales, estas últimas causadas por las dioxinas y los furanos, que son las sustancias más tóxicas que existen en el planeta, y que se forman durante la combustión de residuos orgánicos.

Las emisiones de las incineraciones que recaen sobre los seres humanos, no son consecuencia solamente de las inhalaciones directas de contaminantes de alta toxicidad, persistentes y bioacumulativos suspendidos en el aire. Hasta las emisiones más pequeñas de dichas sustancias en los ecosistemas locales, alcanzan niveles perjudiciales de manera crónica o aguda para el hombre y otras especies. Los productos de la combustión incompleta y metales emitidos por la quema de basura, una vez dispersos en el aire, agua y suelo, se bioacumulan siendo selectivamente filtradas del medio ambiente por los tejidos de los seres vivos.

Buena parte de la contaminación del aire en el mundo se puede atribuir a la quema de basura, incluidos plásticos, artefactos electrónicos descartados, muebles rotos y restos de comida.

El estudio concluye, que el 29% de la materia particular llamada PM 2.5, capaz de penetrar profundamente en los pulmones, proviene de esas quemas, así como el 10% de las emisiones tóxicas de mercurio.

Así que la próxima vez que pase frente a basura quemada o quemándose recuerde a lo que se expone.