
La crítica de Maude Barlow se produce una semana después de que la ONU declarara que el agua es un derecho humano fundamental ©IISD
Las declaraciones de Barlow se producen una semana después de que Naciones Unidas declarase el agua un derecho humano fundamental, y dos semanas después de que el Tribunal Supremo de Botsuana decidiera que los bosquimanos del Kalahari no pueden acceder a un pozo de agua en sus tierras.
“La semana pasada, la Asamblea General de la ONU declaró que toda persona, en cualquier lugar, tiene derecho al agua”, dijo Barlow. “Pero ahora el mundo es testigo de cómo uno de los países más prósperos de África niega a sus habitantes originarios el derecho a excavar un pozo, mientras promueve la minería y alojamientos para safaris a pocas millas de distancia. Es difícil imaginar una forma más cruel e inhumana de tratar a la gente. Una sólo puede concluir que las autoridades de Botsuana ven a los bosquimanos como algo menos importante que a los animales salvajes. Mucha gente en todo el mundo se quedará horrorizada ante lo que ven.”
La Asamblea, integrada por 192 miembros, aprobó una resolución el 28 de julio que declara que el acceso al agua es “esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”, con 122 votos a favor. Fueron 41 países los que se abstuvieron en la votación, incluida Botsuana.
Sólo una semana antes de que se aprobara la resolución, un juez del Tribunal Supremo de Botsuana desestimó la solicitud de los bosquimanos para obtener permiso para usar un pozo de agua en sus tierras dentro de la Reserva de Caza del Kalahari Central (Más Info). Sin él, se ven forzados a hacer duros viajes para recoger agua fuera de la reserva, un hecho agravado por la reciente decisión del Gobierno de prohibir a algunos bosquimanos entrar a la reserva en burro, animal que usan para transportar el agua.
Contrariamente a la afirmación de la ONU de que los estados tienen la responsabilidad de “promover y proteger todos los derechos humanos”, el juez Walia expresó simpatía hacia el argumento gubernamental de que “habiendo elegido instalarse en un lugar incómodo y lejano, los bosquimanos son los causantes de cualquier incomodidad que tengan que soportar.”
El Gobierno de Botsuana selló el pozo de agua de los bosquimanos cuando los expulsó de la reserva en 2002. Cuatro años después, los bosquimanos ganaron un histórico veredicto ante el Tribunal Supremo que decía que habían sido expulsados ilegalmente y que tienen el derecho a vivir en sus tierras ancestrales dentro de la reserva.
A pesar de ello, el Gobierno se niega a permitir que los bosquimanos vuelvan a poner en funcionamiento el pozo, en un intento de impedirles ejercer su derecho constitucional a vivir en la reserva. Al mismo tiempo, ha excavado nuevos pozos exclusivamente para animales salvajes y ha permitido la apertura de un alojamiento de lujo de Wilderness Safaris en territorio bosquimano que incluye una piscina y un bar para los turistas.
Es probable que los bosquimanos apelen contra la sentencia.

La crítica de Maude Barlow se produce una semana después de que la ONU declarara que el agua es un derecho humano fundamental ©IISD
Barlow’s remarks come a week after the United Nations declared water a fundamental human right, and two weeks after a Botswana High Court judge ruled that the Kalahari Bushmen cannot access a water borehole on their lands.
‘Last week, the UN General Assembly declared that everyone, everywhere, has the right to water’, Barlow said. ‘But now the world witnesses one of Africa’s most prosperous countries denying its first inhabitants the right to sink a well, while promoting mining and safari camps just a few miles away. It’s hard to imagine a more cruel and inhuman way to treat people. One can only conclude Botswana’s authorities view Bushmen as less important than wildlife. Many people around the world will be horrified at what they’re seeing.’
The 192-member Assembly passed a resolution on July 28 that declares access to water as ‘essential to the full enjoyment of life and all human rights’, after receiving 122 votes in favour of the resolution. 41 countries abstained from voting, including Botswana.
Just a week before the resolution was passed, a Botswana High Court judge dismissed the Bushmen’s application for permission to use a borehole on their lands inside the Central Kalahari Game Reserve. Without it, they are forced to make arduous journeys to fetch water from outside the reserve, made all the worse by the government’s recent move to ban some Bushmen from entering the reserve by donkey, which they use to transport water.
In contrast to the UN’s affirmation that states bear the responsibility for the ‘promotion and protection of all human rights,’ Judge Walia expressed sympathy for the government’s argument that ‘having chosen to settle at an uncomfortably distant location, the Bushmen have brought upon themselves any discomfort they may endure.’
The Botswana government sealed the Bushmen’s water borehole when it evicted them from the reserve in 2002. Four years later, the Bushmen won a landmark High Court ruling that said they had been evicted illegally and that they have the right to live on their ancestral lands inside the reserve.
However, the government refuses to allow the Bushmen to re-commission the borehole, in a bid to prevent them from exercising their constitutional right to live in the reserve. At the same time, it has drilled new boreholes for wildlife only and allowed the opening of a luxury Wilderness Safaris lodge on Bushman land complete with swimming pool and bar for tourists.
The Bushmen are likely to appeal the ruling.
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