Rubiales: se acabó!
Luis Rubiales es un machista, no uno de esos que encontramos cada día por la calle y que no entienden todavía que el ser humano tiene dos sexos, pero un mismo corazón. Rubiales es un machista convencido… y un cobarde.
Luis Rubiales es un machista, no uno de esos que encontramos cada día por la calle y que no entienden todavía que el ser humano tiene dos sexos, pero un mismo corazón. Rubiales es un machista convencido… y un cobarde.
En 1980 se publicó una novela que al año siguiente ganaría el Premio Pulitzer, se trataba de la genial, divertida y también amarga «Conjura de los necios». Su autor John Kennedy Toole no pudo conocer el éxito de su obra, se había suicidado en marzo de 1969 porque nadie había querido publicar su obra.
Desde que somos niños nos gusta llamar la atención. Para ello recurrimos a las risas, a los gritos o al llanto, es decir, al ruido. Según Sabina: «ella le pidió que la llevara al fin del mundo… y hubo mucho, mucho ruido, tanto ruido que al final llegó el final. Ruido de tenazas, ruido de amenazas, ruido compartido, ruido del pasado, ruido malnacido; demasiados ruidos y por fin, el fin.»
Señora diputada de la Asamblea de Madrid, no quiero hablar de política, pero como ya sabemos usted pertenece a ese partido de cuyo color verde no quiero acordarme, así que no me extraña nada todas las “tontadas” (palabra suya) que han llegado a salir por su boca, por no decir alguna palabra más fuerte.
Los resultados de un informe realizado en Bolivia, Cuba, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana demuestran la persistencia de la violencia machista en el día a día de las y los jóvenes de América Latina.
Que te toquen, te acosen, te degraden, te insulten, te violen y te maten por ser mujer es una atrocidad salvaje. Además, cuando nos acosan o abusan de nosotras se nos obliga a sentir vergüenza y nos sentimos señaladas para siempre.
La justicia no es igual para todos, ni por razones de clase ni de género. El caso de ‘La manada’ deja claro cómo no se juzga igual a hombres y mujeres cuando se trata de casos de violencia machista.
No todas las mordazas son iguales. Por ejemplo, resulta heroico rebelarse contra la torpe ley de un Gobierno esperpéntico que trata de amordazar la libertad de cabreo y protesta de su pueblo; sin embargo es impopular oponerse a otras impuestas por ciertos sectores. Son las otras mordazas.
En un lugar de Catalunya en la provincia de Barcelona llamado Palafolls, vive un lenguaraz edil, único concejal del Partido Popular en el consistorio que, pluma en ristre, arremete desde su blog personal contra todo lo que no le gusta, añorando una fenecida y feroz dictadura.
Hará unos meses escasamente, estaba el hijo de unos amigos íntimos probándose el uniforme del colegio antes de empezar el curso escolar, los pantalones eran de un color oscuro, marrón, y la camiseta era blanca.